Muñeca Lele
Como nuestro México, no hay dos y para muestra de ello, existe una representante de nuestra cultura, hablamos de la muñeca otomí Lele, la cual, es el más claro ejemplo de que la artesanía mexicana puede conquistar al mundo.

Imagen: C.C.
Lele en lengua otomí significa bebé, la cual, surge a raíz de una fusión de los ritos prehispánicos con las costumbres españolas.
Aunque actualmente son hechas de trapo y listones de colores, se cree que las primeras fueron hechas con arcilla, palma y cabellos de maíz. La tradición cuenta que estas muñecas se colocaban en los sepulcros infantiles para alejar los malos espíritus de los niños difuntos y, con la llegada de los españoles, fungieron en los mercados como una alternativa perfecta ante los juguetes importados de España, principalmente en el caso de las muñecas de porcelana.
Fue gracias a la labor y organización de al rededor de 10 mil artesanas otomíes de las comunidades de Santiago Mexquititlán y San Idelfonso Tultepec en el municipio de Amealco que se logró posicionar a la muñeca Lele a nivel mundial; mediante las redes sociales, las muñecas se viralizaron y sus ventas aumentaron.
Este oficio, heredado de generación en generación, ahora es el sustento de decenas de familias. Su fabricación es cien por ciento artesanal y se ha vuelto casi un ritual. Las trenzas y coronas tejidas con lazos de vivos colores identifican en cualquier parte del mundo a las Lele.
El éxito de esta muñequita ha logrado que en Amealco De Bonfil crearán su propio museo y posteriormente fuera declarada Patrimonio Cultural de Querétaro y Patrimonio Intangible de la Humanidad en 2018. Adicionalmente, recorrió el mundo en 2019 a través de una muñeca gigante, visitando Londres, China y Australia.
Este mes, puedes conocer a la muñeca Lele gigante en el centro comercial Pabellón Altavista, para poder tomarte una fotografía o simplemente admirar un poco más nuestra bella cultura y la labor de los artesanos.